«Barro, Piedra y Color en el Empordà» es el título del artículo publicado en la revista número 12 de Casa Rústica este mes.
En el límite del bajo Empordà se encuentra Madremanya, una de las localidades con mayor encanto de la provincia de Girona. El municipio, que todavía conserva su fisonomía medieval es el refugio escogido por muchas personas que desean huir del estruendo de la ciudad, dado que sus calles umbrías y sus hermosos alrededores constituyen un remanso de paz y tranquilidad.